Cuando suceden cosas malas, tu fiesta de compasión no puede durar para siempre. Es hora de aprender a dejar de sentir lástima por ti mismo y seguir adelante. Entiendo dolor, lo hago. También entiendo que algunas personas tienen peor suerte que otras. De hecho, cualquiera que alguna vez me haya conocido y haya escuchado acerca de una décima parte de las tribulaciones que he tenido probablemente piense que fui Hitler en mi vida pasada.