¿Por qué nos sentimos culpables después de engañar a nuestro esposo o esposa? ¿Es correcto sentirse culpable o preguntarse por qué las circunstancias lo llevaron a tener una aventura? Comprender por qué engañó y aceptarlo es el mejor avance, dice Laura Shane.
Puedo recordar un incidente que sucedió recientemente, uno que involucra a un buen amigo mío. Ella llamó y quería venir. A los pocos minutos de la conversación, ella se acurrucó más cerca de mí, y con la nariz mojada, me contó cómo cometió un gran error y pasó una noche con un hombre, alguien que no era su hombre.
Aparentemente, ella me dijo que habían salido a tomar una copa y menear una pierna, y las cosas pasaron de apretones de manos a manos de la mano para sostener lo que se pueda.
La abracé y le dije que no pensara mucho sobre eso, y que era historia (aunque no le dije que la historia tiene una buena manera de repetirse de vez en cuando). Una hora más tarde, parecía sentirse mucho mejor.
Charlamos un poco, y ella decidió irse. Nos abrazamos a la puerta y ella me dio una gran sonrisa y saludó. "Muchas gracias, Laura, Dios sabe cuán culpable me sentía hasta que me hiciste sentir mejor ..." ??
¡¿Qué ?! Ahora que me molestó. ¿Cuándo la culpa se deslizó en la imagen? ¿Estaba ella aquí conmigo, solo para asegurarse de que ella era la herida y destrozada en la imagen? Ella vino a mí para que me asegurara que lo que hizo no fue nada malo, ¡y todo fue un error!
¿Pero en qué punto fue eso un error? Ella estuvo con ese tipo durante toda la noche, y probablemente días antes del inevitable y esperado incidente. ¿Cómo no pudo haber visto lo que venía? Ella había mencionado que estaba perdida en una neblina y no sabía lo que estaba sucediendo hasta que fue demasiado tarde, hasta que el hecho estuvo hecho. Había aceptado esa afirmación en voz baja.
¿Pero pretendiendo ser el perrito perdido que no sabía lo que estaba pasando, en su propio cuerpo, y ajeno a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, y luego diciendo que era un error? ! Esa fue una estupidez estúpida, o un lanzamiento cojo a la redención.
Por todas las palabras que malgastaba al hablar sobre su verdadero amor, su tipo y cuánto lo amaba, y lo malo que era ese incidente, ella era y todavía no está pensando en nadie más que ella misma. Ella estaba siendo, acertadamente puesta, egoísta. Estuvo tentada de saber cómo se sentiría, de explorar oportunidades fuera de la relación. Ella quería probar la proverbial fruta prohibida. Al parecer, no había cedido en todos estos años, mientras salía con su chico, pero entonces, las esperanzas de orgasmos en abundancia y las tentaciones abundaban tenían las rodillas dobladas.
Podría llamar a ese encuentro lo que quiera, temporal amnesia, o bloque mental carnal, o como diablos ella quiera llamarlo. Pero ella no era más que egoísta, y a ella no le importaba nadie más que ella. Y lo peor de todo, se estaba mintiendo a sí misma, convenciéndose a sí misma de que la mentira era la verdad eterna. ¡Y la mejor parte para ella, funcionó!
Nunca pensó en nada más que en sus sentimientos y en su período de redención. Ella estaba siendo egocéntrica, pero oye, ¿qué pasa con eso? Todos somos personas egocéntricas, a quienes no les importa nada más que nuestra propia felicidad. La historia nos ha mostrado lo suficiente como para ratificar esa afirmación.
Pero el problema persistente que me está royendo la cabeza es el hecho de que ella es egoísta y no tiene idea al respecto. Ella volvería a los brazos de su amante, lo llenaría de más amor y se recordaría una y otra vez que no era su culpa. Ella era solo una espectadora muda en un evento abrumador irreal que involucraba su cuerpo involuntario y confundido. Pero piénselo dos veces: ¿era una dulce hembra atrapada en una trampa imprevista por ella y prevista por el destino, o simplemente estaba jugando al ritmo de sus deseos carnales?
Lo que ella ha hecho no es algo malo. Pero el hecho de que sea tan fácil culpar a las circunstancias en vez de a uno mismo es algo que no deja de ser espeluznante, es la prueba de una conciencia que ya no funciona en el ámbito de la pureza. ¿Qué harías si estuvieras en su lugar? O casi cualquier lugar donde la fornicación pueda penetrar y filtrarse sin que nadie lo note, sino el tuyo. Sería tu pequeño secreto, tu pequeño escondite. ¿Qué harías?
¿Es tu Falla la que engañaste?